Hoy, les presentamos algunos ejemplos que nos indican que no debemos confiarnos tanto ni exponer nuestra salud.
- Comida "fresca". No siempre lo es, mucha de la comida es recalentada, ten cuidado especialmente si vas a desayunar, ya que normalmente esa comida es del día anterior, esto sucede también con las palomitas de los cines, las cuales son reutilizadas y se reparten especialmente entre las primeras funciones del día.
- Máquinas de refrescos. Ten especial cuidado con ellas, no son limpiadas con tanta frecuencia y debido al alto contenido en azúcar que éstas contienen, es un blanco perfecto para atraer insectos desagradables como cucarachas.
- No confíes en alimentos expuestos. Con estos nos referimos a los que se encuentran a la intemperie durante todo el día, ya sean hielos, limones, botana, ya que además, muchas personas interactúan con ellos creando un coctel de bacterias.
- Menú secreto. Es un hecho que muchos restaurantes o cadenas utilizan esta estrategia como parte de su publicidad, sin embargo, es algo que creemos que al no ser transparente, también lo hace sospechoso o de dudosa procedencia, nada mejor que saber todos los ingredientes que estás ingiriendo, además, por lo regular, estos ingredientes 'secretos' son una mezcla de residuos para optimizar costos y evitar altos niveles de desperdicios. Así que por mucho que sea tu deseo: deja de comprar menús secretos.
- Ley de la oferta y la demanda. Si ves que algo está de oferta, analiza si es una buena opción. Muchas veces, los restaurantes sacan promociones para deshacerse de alimentos que están a punto de expirar y/o tienen en exceso, además, debido a que la demanda de dichas ofertas será alta, lo más seguro es que no pongan mucho empeño y calidad en su preparación.
Sobre todo recuerda que la mayoría de los alimentos son congelados, tienen conservadores y grasas saturadas. Esperemos que te sirva esta información y la tomes en cuenta, recuerda que después de todo, nada como una rica comida de casa.